lunes, 20 de febrero de 2017

Gistaín (Huesca)

 Chistén. Vista general
Gistaín (Chistén, en aragonés) se ubica a las orillas del rio Cinqueta, afluente del Cinca, en la cabecera del valle de Chistau. En la villa se puede encontrar la Iglesia de San Vicente Martir, construida entre los siglos XVI y XVIII.
 Portada de la Iglesia de San Vicente Mártir
Dentro de la villa destacan dos torreones defensivos ambos pertenecientes a la "casa fuerte"; el Tardán,que data del siglo XVI; la Ermita de San Fabián del siglo XVIII, situada en el norte de la villa; un conjunto de bordas de arquitectura tradicional en Viadós y Tabernés; y una fuente con inscripciones mediaevales en la entrada de la villa.
 Torre del Tardán (s. XVI). Bien de Interés Cultural
A Gistaín se le conoce como el pueblo de las tres torres ya que conserva en buen estado tres torreones defensivos.
 Fuente con inscripciones medievales a la entrada del pueblo
Sus habitantes  aún hablan el chistabán (dialecto local).
Chistén ha sido tradicionalmente un pueblo de pastores pero ha tenido otras actividades económicas importantes como las minas de hierro (de las que las primeras referencias se remontan a principios del siglo XIV), la exportación de madera de sus bosques o el contrabando con Francia a través de los pasos de alta montaña (actividad que responde al concepto de un Pirineo sin fronteras y a la estrecha relación con los vecinos valles franceses).
 Torre de Rins
Encontramos algunas casas infanzonas de los siglos XVI-XVII, con molduras góticas y escudos de armas en bajorrelieve, donde se puede leer la fecha. Uno de ellos datado en 1565 y otro del 1577. La tercera torre es la de la iglesia de San Vicente, de estilo popular, del siglo XVIII, con la torre parcialmente románica.
 Casas infanzonas
El Valle de Chistau se encuentra rodeado de cumbres de entre 2.000 y 3.000 metros de altitud, entre los que destaca la Tuca Llardana (o Posets), que con 3.375 m. es la segunda cumbre más alta del Pirineo. Además, cuenta con abundantes ibones o lagos, como los de Millares, Barbarisa o el ibón de Plan. El visitante puede disfrutar de sus pequeños pueblos, de la tranquilidad y grandeza de las montañas. Contemplación, cultura, senderismo, ascensiones y diferentes actividades de naturaleza y aventura encuentran aquí un espacio ideal.

Las tradiciones se conservan bastantes fieles. Se conserva el traje chistavino, y el folklore se representa con bailes como “La rosca” o “La chigoleta”